Thursday, November 17, 2011

EL REENCUENTRO


Se me ha pedido en esta noche compartir algo que nos ponga la piel de gallina y nos haga llorar. Ante tal cometido, y reconociendo mis limitantes creo que lo mejor para provocar tal efecto será proponer la presidencia vitalicia de la actual presidente. No, mejor no; la política suele extrañamente  dividir a los humanos y acercar supuestos enemigos.
Gracias al equipo organizador, y a quienes no siendo parte de ningún equipo tomaron sobre si mismos la alegría de convocar, de sumar para este encuentro. En especial gracias a quienes jamás dudaron que aunque sea bajo un árbol, nos reuníamos.  Me gusta dar gracias a los anónimos y en virtud a ello nombro a Luis Moyano Cruz y Ana Carolina Mesías y tras ellos al ejercito de Celinas, Andreas, Cristinas, Melanies y Brianas que colaboraron para hacer esta cita posible…dejen ya de pensar, no hay ninguna Melanie o Briana en el grupo, solo quería saber si estaban atentos/as.

Para quienes están familiarizados con mis escritos; he dicho que este encuentro seria como sacar el alma al sol y Sras., señores y señoritas en esta noche no sé si lo sienten pero hay mucho sol presente.
También he hablado de días de arena y creo que todos entendemos lo que he querido decir con palabras un tanto evasivas a la hora de condensar décadas de vida. He querido decir que hemos pasado por lluvias y hemos cruzado desiertos. Nuestros pasos conocen días agotadores de sol, viento, frio, nieve. Conocemos llanuras, sombras, mares, valles  montañas y mar. Y hoy nuestros pasos convergen en esta cita. Bien ahí, como dicen los jóvenes ahora.
Los que me conocen saben que me gusta razonar mis conductas, y me he preguntado ¿por qué nos convocamos? ¿Por qué estamos esta noche acá? Y he tratado de pensar estas repuestas no desde mi perspectiva, sino desde nuestra perspectiva y he hallado entre el corazón, la fe y la razón las siguientes ideas que comparto.

En primer lugar nos juntamos porque sabemos que la vida es en definitiva una colección de experiencias y hay experiencias que vale la pena vivir. Es decir, estamos aquí de alguna manera empujados por la convicción de que lo que está sucediendo ahora mismo tiene valor en la construcción de nuestra propia historia.
La historia, había dicho la Sra. de Jerez, es la narración verídica y cronológica de los acontecimientos del pasado. Este concepto desafiado por la Sra. de Pérez en cuanto a la historicidad de lo histórico y a la veracidad de lo verídico,  hace que hoy pueda decir que este momento es historia porque nada más verdadero que poder mirarles a los ojos  saberlos aquí, en cuerpo y alma, y nada más cronológico que lo sincrónico que este acontecer tiene con nuestras vidas.  Y no sé si lo sientan pero hay mucho sol en este lugar… Y es que estamos no solo narrado historia esta noche, la estamos creando.

La construcción de nuestra propia historia es el recuento de victorias y derrotas. Hernandez dándole voz a Martin Fierro decía:
Junta esperencia en la vida/hasta pa dar y prestar/ quien la tiene que pasar/ entre sufrimiento y llanto; / porque nada enseña tanto/ como el sufrir y el llorar.
Viene el hombre ciego al mundo, cuartiándolo la esperanza, /y a poco andar ya lo alcanzan, las desgracias a empujones; / ¡la pucha, que trae liciones el tiempo con sus mudanzas!

Sufrir y llorar son experiencias inevitables en el arte de vivir. Unos más, otros menos; todos hemos pasado por estos momentos: cosas que no han sido, amores que se han mudado, sueños un tanto amañados, pérdida de seres queridos, pérdida de salud, pérdida de inocencia. Pérdida de vida. Y es ciertamente que en esta colección de experiencias que es vivir; están aquellas instancias que decidimos abrazar, como lo hicimos esta noche al reunirnos, pero indómita como ella es, la vida, tiene también aquellas instancias en las que no se nos da la posibilidad de opción; cosas  que se nos presentan de sopetón y sin anuncio obligándonos a sacar las mejores virtudes para intentar las mejores estocadas y vencer a fuerza de estar bien parados y con la espada lista, cualesquiera obstáculos hallen nuestros pasos. Los obstáculos digo, no son necesariamente nuestros enemigos. De ellos aprendemos, sacamos lecciones, y vamos armando ya no sólo la colección de experiencia, sino que nos adentramos en un terreno que antes de esta edad, resultaba un tanto prohibido: la sabiduría;  que es más que el arte de saber y más que el arte de vivir, es la capacidad de conjugar ambos de modo que nos de esa luz que necesitamos para vivir cada día.  No sé si lo han notado, pero es de noche y hay mucho sol ahora mismo, ustedes y yo juntos resplandecemos en la esperanza que renueva este encuentro.

En construir, reconstruir y desconstruir nuestra historia y nuestra histeria,  sabemos que reír y gozar son también experiencias inevitables  de esta trama multicolor que es la vida. Y por eso amigos míos, estamos esta noche aquí.  Porque nos seduce el alma el vernos, el reírnos, el demostrarnos a  nosotros mismos que los afectos son reales. Que la amistad importa, que los lazos cuentan.  ¡Cuán placentera es la vida en los momentos de felicidad, por brevísimos que fueran!¡Cuánta libertad y cuánta plenitud en los momentos alegres! Porque seamos honestos, en estos 25 años no siempre hemos ganado. También hemos perdido. Nos hemos de alguna manera, ido desgastando por dentro. Y esta noche se trata de nutrir esa parte de nosotros que a veces descuidamos, o que no atendedemos simplemente porla vida pasa. Y no hablo de hacernos egoístas, hablo de hacernos más nobles, más ciertos, mejores.

En la película el secreto de sus ojos, el personaje encarnado por Darín tratando de penetrar la mente de un homicida pregunta una y otra vez: ¿Cómo se hace para vivir una vida vacía? Y presento esta noche en este contexto, la respuesta, no tratando de resolver un misterio sino de más bien en animo de entendernos: Una vida vacía no se puede vivir, una vida vacía es de un tipo de muerte camuflada.
Cultivar, nutrir, evocar, celebrar es parte de ser, de estar vivos. Una vida nunca está vacía, siempre está poblada de recuerdos, presencias, ausencias, experiencias que nos llenan de combustible el alma, para seguir caminado por esta gesta que es la vida.

También estamos esta noche porque sabemos que la vida tiene tres tiempos: pasado, presente y futuro. Y que tal como dijo el poeta libanés, Kahlil Gibrán “la vida no retrocede ni se detiene en el ayer”. No; no se detiene en el ayer, pero si se alimenta del pasado. Una vida anclada en el pasado es imposible, una vida enfocada en el futuro es especulación sin garantías, es en el presente en que nos hallamos y somos. Pero vivir solo en el presente como hoy se proclama es un reduccionismo de satisfacción inmediata. Continuidades, así es como defino esta integración en el presente de lo pasado. Y no es poca cosa. Es decir, sabernos producto de una historia cuyo desenlace final tratamos de avizorar pero que indefectiblemente no podremos manipular. En otras palabras estamos aquí porque nos reconocernos finitos, deteriorables, contundentemente incapaces de recrear el pasado en otros y controlar el mañana. Estamos aquí, porque estamos vivos hoy, y no sabemos que será del mañana. 
Y es que ya fue dicho antes y cito:

Hay un tiempo señalado para todo, y hay un tiempo para cada sucesobajo el cielo: Tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de derribar, y tiempo de edificar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de lamentarse, y tiempo de bailar; tiempo de lanzar piedras, y tiempo de recoger piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de rechazar el abrazo; tiempo de buscar, y tiempo de dar por perdido; tiempo de guardar, y tiempo de desechar; tiempo de rasgar, y tiempo de remendar; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de amar, y tiempo de odiar; tiempo de guerra, y tiempo de paz.

Así, sabiendo que estos son tiempos de nacer, plantar, curar, edificar, reír, bailar, abrazar, buscar, guardar, remendar, callar, amar y perdonar invito a que se unan a mí y levanten sus copas: Brindemos por una noche excepcional de recuerdos, amistad y vida.   No sé si lo han notado, ha oscurecido. Estamos casi a la medianoche, pero perdonen que insista, esta noche hay pleno sol para saciar el alma y alimentar risas: ¡SALUD! ¡Por la vida!